El martes 12 de enero llegarán a Magallanes los restos de los cinco aborígenes que fueron capturados en 1881 y llevados a Europa para ser exhibidos en los llamados Zoológicos humanos. Los aborígenes serán enterrados en isla Karukinka.

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La repatriación es todo un hecho inédito que marca el inicio de un proceso que se prolongaría por varios años con otros grupos de indígenas que fueron sacados de esta zona y llevados a distintas partes del mundo, algo que se ha podido conocer en los últimos años. Esto se logró gracias a un esfuerzo conjunto del Gobierno de Chile, el Consejo de Desarrollo Indígena de Magallanes, más instituciones y miembros de las comunidades Kawésqar y Yagán.

Según explicó Mario Maturana, intendente de Magallanes, los antecedentes que se manejan hasta la fecha han sido aportados por el documental Calafate; zoológicos humanos de Hans Mülchi y la investigación antropológica encargada a la Oficina de Asuntos Indígenas de Punta Arenas. “Ese material nos permitió obtener información que hasta ese momento era desconocida acerca del destino final que tuvieron las personas que fueron capturadas desde la Patagonia. Se trata de 11 aborígenes capturados en algún lugar de los canales, de los cuales cinco murieron en Suiza. Sus cuerpos fueron reencontrados gracias a la producción del documental, cuyo material es tremendamente valioso para reconstruir nuestra historia, lo bueno y lo malo que se vivió en este territorio”.

El intendente hizo un llamado a la comunidad a conocer los antecedentes de este importante acontecimiento y dejó abierta la invitación a quienes lo deseen a acercarse el día martes 12 de enero a la Casa de los Intendentes, donde se realizará un acto de reparación histórica, por el trato dado a nuestros pueblos originarios. En la oportunidad se abrirá un libro de condolencias.

Mencionó que por expresa petición de las comunidades indígenas, el entierro en isla Karukinká -lugar al cual los restos serán llevados en un buque de la Armada- contará sólo con representantes de ambas etnias en una ceremonia que presidirán los ancianos y ancianas y cuyo principal elemento es el silencio. En estos momentos se encuentran en confección los ajuares mortuorios que serán depositados junto a los restos y que consisten en canastillos de junquillo propios de ambos pueblos, cuyo interior albergará pequeñas canoas en cuero de lobo y corteza de madera y collares de madera, imitando huesos de aves.

Fuente: La Prensa Austral